Adiós a los malos hábitos

Adiós a los malos hábitos

Flojera, cansancio, falta de tiempo…muchas son las razones que podemos encontrar para no ordenar o limpiar la casa cuando es debido. El problema es que cuando nos damos cuenta, el desorden ya nos desborda y al revés de lo que pensábamos, ahora hay mucho más para limpiar.

Para que esto no te pase te invitamos a revisar tus hábitos de limpieza para saber cuáles son posibles de modificar y cuáles simplemente debes dejar atrás.

Las sillas y las trotadoras no son percheros

Sacarse la ropa y dejarla en cualquier objeto del dormitorio es rápido, pero al hacer esto sólo estamos duplicando el trabajo, porque cuando ya hayamos convertido la silla (o lo que hayamos usado como perchero) en un almacén, igual tendremos que ordenar lo que hemos acumulado.

Para que esto no te pase más, al desvestirte o cambiarte de ropa intenta separar de una vez la que esté sucia, dejar para ventilar la que corresponda y guardar la que está apta para otro uso.

Siempre siempre siempre hay que ventilar las toallas

Aunque vayas a tirar las toallas al canasto de la ropa sucia, procura siempre que éstas estén secas. Además de generar mal olor, amontonarlas húmedas o dejarlas arrugadas en el suelo (igual que cualquier otra prenda de vestir) puede convertirse en el ambiente propicio para que crezcan mohos y bacterias.

Se limpia con herramientas y materiales limpios

Aunque parezca obvio, para muchos puede no serlo. La aspiradora, así como la lavadora, los paños, la escoba y todo lo que utilicemos para limpiar debe estar en excelentes condiciones. Nos guste o no los electrodomésticos necesitan mantenciones periódicas para hacer bien el trabajo y así además se alarga su vida útil.

Si cocina, limpie

Cocinar puede ser muy relajante y entretenido para algunas personas, pero después de preparar la comida hay que limpiar y hasta ahí llegó la diversión.

Resulta más fácil ordenar y asear la cocina inmediatamente después de usarla, porque si esperamos mucho rato las manchas posiblemente ya estén pegadas y también porque después de comer quién no pierde la motivación.

De arriba hacia abajo

Nadie quiere trabajar el doble, por eso para que tu limpieza sea más eficiente parte siempre por las superficies más altas, para luego ir bajando hasta el suelo. De esta manera el polvo y la suciedad van a caer en el piso, que va a ser lo último que se va a limpiar y así no tienes que limpiar dos veces.

Lee bien las etiquetas

No todos los productos sirven para lo mismo y algunos requieren un tiempo para hacer efecto. Recuerda leer las etiquetas y las instrucciones antes de usar un limpiador, así evitarás trabajar de más o no conseguir el objetivo deseado.

Un paño para cada cosa

Aunque pueda parecer innecesario, para el baño se debe tener distintos paños. Si limpiamos todo con el mismo, lo único que conseguiremos es llevar las bacterias del wc al lavamanos o a la bañera y viceversa, y obviamente eso no es lo que queremos.

Ya sabes, tener una casa limpia y ordenada puede ser fácil y rápido cambiando sólo algunas simples rutinas, aunque ya se hayan hecho una costumbre.

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