Sabías qué…

Sabías qué…

La cocina es uno de los lugares preferidos de la casa, tanto para las personas como para las bacterias y microorganismo patógenos. Aquí se acumulan restos de comida, humedad al cocinar y distintos tipos de basura; por eso mantener este ambiente limpio es fundamental.

Para lograrlo no debes olvidar desinfectar y sustituir de forma periódica las esponjas para lavar los platos y los paños de cocina. Recuerda que además de eso debes conservarlos en un lugar seco; de esta manera evitarás la propagación de gérmenes.

Otro ambiente de la casa que alberga mucha humedad es el baño. Ni hablar de las toallas, que además absorben las células muertas y las bacterias de nuestra piel. Por eso la recomendación es no compartir las toallas con más personas, cambiarlas cada tres o cuatro usos y exponerlas al sol para el secado luego de lavarlas.

Al contrario de lo que muchas personas hacemos, guardar los remedios

en el baño no es una buena idea. Los medicamentos se deben conservar en lugares

frescos y secos; y los cuartos de baño, al igual que la cocina, son los espacios con

mayor temperatura y humedad de la casa.

Aunque no lo parezca, la ropa de cama cobija distintos tipos de microorganismos perjudiciales para nuestra salud como ácaros, polvo, fluidos corporales y suciedad en general. Por esta razón es muy importante lavar las sábanas y fundas de almohadas semanalmente. Secarlas al sol puede ser beneficioso para alejar los gérmenes y otro consejo que puedes seguir es aspirar el colchón antes de poner sábanas nuevas.

Para lavar tu ropa de cama y cuidar al mismo tiempo tu piel, te recomendamos el nuevo Detergente Fuzol Piel Delicada, una formulación especialmente desarrollada para el cuidado de grandes y chicos, que cuenta con máxima eficacia y a la vez minimiza el riesgo de alergias e irritaciones, ya que es hipoalergénico, sin colorantes, clínicamente testeado y con pH balanceado.

Los cepillos de dientes también requieren de limpieza y cuidado, porque si no los mantenemos en buen estado, difícilmente podrán cumplir el objetivo de remover los restos de comida y la suciedad en nuestra dentadura.

La recomendación es enjuagar nuestro cepillo después de cada uso, evitar que entre en contacto con otros cepillos y dejar secar en posición vertical, fuera de estuches o compartimientos cerrados. La vida útil de un cepillo puede variar según la salud bucal y otros factores, pero generalmente debe renovarse cada tres meses.

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